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Un día doña Marta iba de camino hacia el mercado,
mientras hacia sus compras vio a una señora vendiendo un lorito, doña Marta
cuidadosamente va al lugar donde esta el loro y se lo roba, luego va su casa y
lo coloca en una jaula, doña Marta tenia 4 hijas y las hijas como les gustaba
molestar al lorito e incluso le enseñaron hablar pero no con educación, el
lorito aprendió hablar pero cada vez que hablaba decía mas de alguna mala
palabra, doña Marta cada vez les regañaba a sus hijas por haberle enseñado
hablar de esa manera al lorito, cada vez que tenían visitas a la casa el lorito
recibía a las personas con un vocabulario vulgar haciendo enojar a las personas
y mejor se iban, doña Marta ya estaba cansada del lorito, así que quiso mejor
regalárselo a su vecino, las hijas de doña Marta se pusieron triste al ya no
ver al lorito y tuvieron que aceptar su partida, el vecino trataba mal al lorito.
Por cada mala palabra
que decía el lorito lo golpeaba muy fuerte, hasta que un día se propuso mejor
enseñarle hablar con educación al lorito entonces el empezó a enseñarle a
hablar con educación al lorito hasta que el lorito entendió y la jamás dijo
ninguna mala palabra, el vecino estaba felizmente al ver el cambio del lorito,
en cierta noche unos ladrones entraron a la casa del vecino a quererse robar el
lorito pero el salió corriendo a corretear a los malvados, sucedió varios casos
así, hasta que en una mañana la otra vecina
le llego a regalar comida para que le de al lorito sin pensar que
conservaba veneno se lo dio al lorito el lorito se lo comió, el siguiente día
el vecino fue a ver a su loro pero ya estaba muerto, el vecino paso varios
días, semanas muy triste.
Hasta que una tarde fue al mercado y vio otro loro y
lo compro pensando que iba a ser igual pero ya no volvió hacer igual, el loro que compro era mas peor que el otro,
el loro se salía de su jaula iba a la casa de los demás vecinos a comerse sus
alimentos, cuando estaba en casa tiraba todo, hacia desastres, hasta hacer
enojar al vecino así que mejor quiso regalar el loro y el de tanto estar enojado ya no quiso saber de
nada, y mejor decidió comprarse un perro.