EL LEÑADOR


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Había un leñador muy trabajador que vivía muy pobre y no tenia familia los papas habían fallecido. Desde que el tenia 8 años y desde entonces se dedico a trabajar para salir a delante, pasaba el tiempo y él se enamoro de una chica que vendía tortillas la enamoro hasta casarse paso el tiempo y tuvieron 5 hijos pero él no soportaba el capricho y el enojo de la mujer así que decidió abandonar a su mujer y llevarse a sus hijos y el leñador creció a sus hijos el primero hijo fue licenciado.

 El segundo fue arquitecto, el tercero fue maestro,  el cuarto fue doctor, el ultimo fue por mal camino ya que se sometió al vicio del alcohol y de las drogas cada vez iba empeorando, el padre hacia cualquier cosa por recuperar a su hijo le daba consejos pero el hijo no hacía caso, llevaba a la casa borracho y le pegaba a su hermanos y hasta su propio papa, hasta que un día de la misma manera llego borracho a su casa y empezó a pelear con su hermano mayor y ya enojado lo apuñala en el estomago y lo mata, el hermano muere y el padre alimenta la partida de su hijo, así que al joven alcohólico se lo llevaron a la cárcel por 10 años, el pobre joven lloraba y lamentaba por lo que hiso e incluso hasta se arrepintió de lo sucedido, pasaron los 10 años y el joven salió de la cárcel y quiso superarse en la vida, así que decidió seguir estudiando hasta graduarse de Abogado al final supero en la vida hasta pedirle perdón al papa de todo lo mal que hizo el joven muy arrepentido va al cementerio y le lleva flores a la tumba de su hermano como signo de perdón.

Se entrega a Dios cambiando su vida para siempre, y el papa muy feliz que él había cambiado su vida le abre las puertas de su casa de nuevo y el leñador ya estaba muy anciano y le cuenta la historia de su hijo a su nietos dándoles consejos para que no sigan en el mismo camino y tener un gran éxito en la vida, y que obedezcan a sus padres porque son muy valiosos que hay en la vida y el anciano muere a los 3 años después ya dejando educados a sus nietos y muere satisfechamente al ver a sus hijos y sus nietos en un buen camino.